Nuestros hábitos determinarán, en gran medida, la conservación de nuestra salud general. Esta realidad, por supuesto, también se aplica a la salud bucodental. Uno de los hábitos más perjudiciales para cuidar nuestra boca y nuestros dientes es, sin duda, el tabaco. Por eso, desde Centros Odontológicos Romano queremos hacer hincapié en lo dañino de este vicio con motivo del Día Mundial sin Tabaco que se celebra el 31 de mayo.
La nicotina contenida en las mezclas de tabaco habituales en los estancos y máquinas, tanto cigarros clásicos como tabaco húmedo de liar, afecta negativamente a nuestros dientes fundamentalmente por dos razones. En primer lugar, actúa como vasoconstrictor, limitando el acceso de oxígeno y factores nutritivos para nuestros dientes y tejidos. En segundo lugar, por su conocido color marrón, que produce la típica pigmentación (manchas oscuras) tanto en dientes como en mucosas de encías y lengua.
El consumo diario de tabaco se suma a otros factores de riesgo para nuestra salud general (hipertensión arterial, colesterol, diabetes) y favorece la aparición de periodontitis y gingivitis, que son infecciones que afectan tanto a dientes como a encías, manchando la superficie de nuestros dientes, dejándolos ásperos y rugosos y favoreciendo la deposición de restos de comida y de placa.
Salud y estética de la mano
Lo nocivo del tabaco para nuestros dientes no es, ni mucho menos, una cuestión meramente estética. Además de afectar a nuestros dientes de manera visual, es conveniente que nos concienciemos para preservar tanto nuestras encías como nuestros dientes. Un correcto cepillado tres veces al día (mañana, almuerzo y cena) asociado a la utilización de instrumentos para la limpieza interproximal con sedas dentales y cepillos interproximales, serán suficientes para remover los depósitos de comida y placa acumulados durante el día.
Fumar diariamente es, definitivamente, una costumbre nociva que debería erradicarse. Desde Centros Odontológicos Romano no lo decimos simplemente como operadores sanitarios, sino por el simple hecho de que al conocer a una persona, lo primero que vemos es su sonrisa.
Tener salud bucodental significa tener salud corporal. Las infecciones bucales pueden contaminar otros órganos y aparatos (cerebro, corazón, pulmones) y es por eso que son fundamentales las revisiones periódicas de prevención en las clínicas dentales (o, por lo menos, cada seis meses).
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