Para las personas que padecen bruxismo, la férula de descarga supone un acompañamiento constante. Un pequeño objeto que les ayuda a paliar sus problemas bucodentales y proteger su salud, con el que cada día se van a la cama y se despiertan al día siguiente. Como con cualquier otra cosa, un buen mantenimiento es básico para alargar su vida útil y poder sacarle el máximo provecho en beneficio de nuestra salud. Aquí van algunos consejos básicos desde Centros Odontológicos Romano para cuidar la férula de descarga.
Durante la noche, nuestros dientes, nuestras encías y nuestra lengua acumulan una gran cantidad de bacterias. Esas bacterias, que eliminamos de forma eficiente con el primer cepillado dental, se acumulan también en la férula si no hacemos nada para impedirlo: el primer y más básico consejo para cuidar la férula de descarga es preocuparse por su higiene.
Una buena manera de hacerlo puede ser, utilizando un cepillo destinado específicamente para ello, darle una sencilla pasada inicial con agua tibia y un jabón antibacterias sin olor. Prestando atención a los detalles y a los muchos recovecos que se forman en las férulas, ya sea únicamente de las que se acoplan a los dientes o de las que se solapan también al paladar. Y, sea como sea, conviene no realizar este proceso nunca con pasta de dientes.
Otro de los puntos a tener en cuenta es la humedad. Una vez lavada, por muy limpia que esté, la humedad puede jugar en nuestra contra y hacer que, por mucho que hayamos eliminado bacterias, vuelvan a aparecer. Además de lavarla, si de verdad queremos cuidar la férula de descarga conviene secarla con papel antes de guardarla. Incluso, guardándola en el estuche ligeramente envuelta en papel para que absorba cualquier humedad restante.
Otro de los detalles a los que habitualmente no se presta mucha atención, y que también es importante, es el propio estuche en el que guardamos la férula. Por mucho que la guardemos limpia de manera habitual, poco a poco el estuche irá acumulando suciedad que, si no se remedia, terminará en nuestra boca en forma de más bacterias. Al menos una vez a la semana habría que lavar el estuche con agua y jabón antibacterias: es el lugar de descanso de la férula mientras no se usa, y su estado puede afectar a la férula por muy limpia que ésta esté.
Una última medida práctica, sencilla y muy útil para cuidar la férula es, con cierta regularidad, dejarla durante un día entero en remojo. En un vaso con agua tibia y una pastilla de limpiar dentaduras removibles, podemos dejar la férula en remojo desde que nos la quitemos hasta que tengamos que volver a ponérnosla, para una higiene más profunda. Por supuesto, volviendo a lavarla antes de volver a usarla.
Evita errores para cuidar la férula de descarga
Las buenas intenciones, desgraciadamente, no sirven de mucho. Si queremos cuidar la férula de descarga y no tener que cambiarla con cierta frecuencia, debemos ser concienzudos y evitar algunos errores de novato que pueden estropearla. Algunos de estos errores son lavar la férula con dentífrico, hacerlo con un jabón de manos tradicional, utilizar el mismo cepillo con el que nos lavamos los dientes o guardarla con humedad restante.
Esos errores pueden hacer que la férula pierda efectividad, o que la acumulación de bacterias pueda causarnos problemas de salud bucodental. Una férula bien cuidada cumplirá con su cometido durante más tiempo y nos ahorrará, además de dolores de cabeza y problemas de salud, el dinero de tener que hacernos una nueva.
Muchas gracias por los consejos. Los llevaré a rajatabla a partir de ahora.