Para saber dónde estamos no podemos olvidar de dónde venimos. Y, en el caso de Centros Odontológicos Romano, todo comenzó con la pasión por la odontología de Manuel Ernesto Romano Navarro, fundador de esta empresa familiar hoy convertida en una referencia e impulsor de una manera de entender esta vocación: la satisfacción y el bienestar de los pacientes es lo más importante.
Ahora, tras décadas de trabajo, de amor por las sonrisas saludables y de trato diario con los pacientes, conocemos un poco mejor al doctor Juan Manuel Romano, la persona tras el profesional.
¿Cuánto ha cambiado la profesión desde que empezó a ejercerla hasta la fecha?
Una comparativa sería que cuando empecé a trabajar en odontología, habitualmente los hogares no tenían ni teléfono fijo, solo los privilegiados. Hoy en día, lo llevamos en el bolsillo.
¿Qué consejo puede darle a un paciente con miedo a ir al dentista?
El miedo al dentista es inevitable, pero está más en nuestra cabeza que en la realidad que experimentamos con los odontólogos. Hoy todo se ha mejorado, tanto en técnicas como en aparatología.
¿Cuál es la parte de su trabajo que más disfruta?
La condición indispensable para ejercer la profesión de odontólogo es realizar una especialización adecuada y una permanente actualización de los conocimientos. Sin ello, no se puede conseguir un resultado satisfactorio.
¿Qué ofrece Centros Odontológicos Romano a los pacientes que no den los demás?
Centros Odontológicos Romano ofrece, en primer lugar, un trato muy considerado, educado y cercano, que lo realiza nuestro grupo humano tan cualificado en su preparación técnica. Todo ello, avalado por una aparatología de última generación y puntera en el desarrollo de las técnicas más avanzadas. Nuestros profesionales odontólogos están avalados con másters, que fortalecen el desarrollo de su trabajo en pos del bienestar común. Creo que realizamos una odontología bondadosa en todos los aspectos. El conjunto de las especialidades con las cuales estamos en permanente contacto nos permite llegar a una satisfactoria plenitud a la finalización de los tratamientos. Ofrecemos resultados que satisfacen tanto al paciente como a quien lo realiza.
¿Cómo ha evolucionado Centros Odontológicos Romano desde su fundación hasta hoy?
Creo que la evolución de Centros Odontológicos Romano, desde su inicio hasta el momento, ha ido de la mano con las exigencias de este futuro que nos estimula para mejorar. Inversiones en una maquinaria superlativa, que no todas las clínicas pueden disfrutar por la envergadura de la inversión que conlleva, además del entrenamiento exquisito de quienes logran de su función óptimos resultados.
¿Cómo cree que estará la profesión dentro de diez años?
Dentro de 10 años evolucionaremos a la misma velocidad que evoluciona la odontología, siempre mirando hacia adelante para incorporar las mejores herramientas que potencien nuestra actividad. Dependemos de la creatividad de los inventores, que nos aporten mayores elementos tanto en mecánica como aparatología y materiales de primera generación.
¿Qué consejo le daría a un joven odontólogo recién salido de la universidad?
A nuestros jóvenes doctores les sugeriría apreciar tanto su profesión, valorarla y enriquecerla con conocimientos que les permitirán desarrollar su trabajo futuro con certeza. Ningún consejo en particular, más allá de potenciar el desarrollo de sus aptitudes y la mejor manera de comunicarse con la gente, que me parecen los más adecuados.
¿Una película?
Me encanta el cine y viajar con mi imaginación. Veo todas las películas que se cruzan ante mí, aunque las de ciencia-ficción tienen mi predilección. Y, si el tema lleva algo del Ave Fénix, que renace de las cenizas… ¡Mejor!
¿Un músico o banda?
En mi época, Creedence Clearwater Revival.
¿Un personaje histórico con el que compartir un café?
El único personaje con el que me tomaría varios cafés, que ya es un histórico para mí, ¡es mi hijo Juan Manuel!
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