Los avances en odontología han traído múltiples beneficios para la salud y el bienestar de los pacientes. Una de las técnicas o herramientas de hoy en día que más ha mejorado los resultados y el desarrollo de los tratamientos estéticos es el uso de carillas de composite: un material utilizado para empastes con una gama de alta calidad. Es un tratamiento puramente estético cuya técnica consiste en rectificar el color, la forma y la posición de los dientes que queramos, habitualmente los que abarca la sonrisa, tanto superiores como inferiores.
Las carillas de composite son unas finas capas que se van modelando y fraguando en la clínica y que, por medio de instrumentos especiales, pueden hacerse según la forma y el color deseado. El resultado es un paciente con dientes duraderos en el tiempo, sin sufrimiento para el tejido dentario y con un resultado estético muy bueno.
Es un tratamiento ideal para cuando queramos modificar el color, tamaño o posición de los dientes. Prácticamente no tiene contraindicaciones, aunque puede no ser muy recomendable para pacientes que presentes casos de bruxismo muy severo, aunque incluso en esos casos pueden aplicarse carillas de composite, siempre con ciertas precauciones y con el uso de una férula de descarga, incluso durante el día, el máximo tiempo posible.
Las carillas de composite pueden utilizarse para corregir, por ejemplo, golpes en seco en el sector anterior, y que terminan con una fractura coronal, especialmente en niños. Sin necesidad de realizar tallados (muy agresivos para los dientes) pueden reconstruirse mediante esta técnica los trozos perdidos, darle fuerza al diente y, una semana después, poder volver a hacer uso de él con normalidad.
Además, las carillas de composite pueden ayudar a solucionar pequeños o moderados problemas de apiñamiento dentario en los que el paciente no quiera (o pueda) someterse a una ortodoncia: el composite puede ayudar a compensar espacios y volúmenes, alineando así la arcada. También son perfectas para arreglar problemas de dientes oscurecidos por traumatismos antiguos, que con el tiempo adquieren una tonalidad marrón, y que con blanqueamientos dentales no pueden mejorar.
Carillas de composite: un tratamiento para muchos problemas diferentes
El uso de carillas de composite también puede ser positivo para pacientes que, durante su infancia, tomasen un antibiótico llamado Tetraciclina, que provocaba un oscurecimiento muy acentuado de la dentina, que estéticamente afea el aspecto de la sonrisa. Con composites opacos en la base, es posible cubrir esas tinciones y dejar la superficie con un tono mucho más agradable.
Por si fuera poco, las carillas de composite tienen un enorme punto a favor añadido: no tienen ninguna incidencia negativa en la salud bucodental, si bien se caracterizan y clasifican como tratamiento estético, también es conservador, ya que ayudan a proteger dando volumen a dientes cuyo esmalte es muy transparente y poco resistente a cambios bruscos de temperatura, o simplemente a pacientes que tienen sensibilidad leve o moderada, que pueden dejar de sentirla automáticamente en el momento de la elaboración de la carilla.
Diferencias entre carillas de composite y de porcelana
También es habitual el uso de carillas de porcelana para corregir incorrecciones estéticas. Las carillas de porcelana se diferencian de las de composite en el tratamiento que sufre la superficie del diente que va a recibir una carilla de un material u otro: en el caso de la porcelana, se requiere un tallado o desgaste de la pared del diente de un milímetro y medio para darle espacio a la porcelana, que es realizada en un laboratorio dental por técnicos protésicos. Esto conlleva días de elaboración en dicho laboratorio, una o dos pruebas para verificar que todo es correcto y una cita especial para la colocación de las carillas en boca.
La principal ventaja de la porcelana es su invariabilidad en el tiempo: no cambia de color, es algo más difícil de romperse pero no admite rectificaciones una vez elaborada y cementada, a diferencia de las carillas de composite.
A favor de las carillas de composite está el hecho de que no suponen ningún tipo de agresión hacia los dientes en la preparación. Tan solo se asperiza la pared frontal de los dientes elegidos para el tratamiento, y la clave está en el uso de materiales de última generación de adhesión y composites. Se va modelando capa a capa con el tono elegido, dando la forma anatómica deseada, y en el mismo día, en cuestión de horas (o minutos, si se trata de un solo diente), obtenemos el resultado final.
¿Cuánto duran las carillas de composite?
La vida media de estos materiales es de cinco a ocho años, tras los cuales se puede reponer la última capa sin necesidad de retirar la carilla por completo, y devolver el brillo del primer día en una sola sesión. Desde Centros Odontológicos Romano damos unas pautas de cuidado específicas para cada caso y paciente, y obsequiamos según el caso con férulas de descarga o protectoras.
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